Día del Libro 23.IV.2023

El día en que regreso de Calabria ha querido coincidir con el Día del Libro y, aunque hoy no estaba lejos de Las Ramblas, no he podido celebrarlo sino en la carretera hacia Murcia, con la alegría de saber que en mi pueblo se ha retomado esta fiesta.

El día en que regreso de Calabria, en cuya universidad he estado las dos últimas semanas y he aprovechado para dar clase e investigar, ha querido coincidir con el Día del Libro, que se celebraba hace casi treinta años en San Javier y que yo vivía como una fiesta porque podía elegir un libro que me compraban (uno, que no era poco en una casa de odiseas, que no de Odisea). En la memoria, endeble y caprichosa, quedan retenidos algunos de los títulos de aquellos libros, por ejemplo, Investigación en Calabria. Por entonces ni me fijaba en el nombre de quien lo escribía, ni en la fecha en la que era escrito, ni en ningún otro detalle que luego se analiza con ojos críticos por la inercia profesional, pero sí me dejaba sorprender, por ejemplo, conociendo qué era ese lugar de Italia. Décadas después me veo indagando sobre el autor (Geoffrey Trease), sobre la fecha (la de la edición española coincide, en efecto, con la edad que yo tendría entonces, entre diez y once años) y sobre algunos detalles (como que ese escritor fue uno de los pioneros en intentar romper estereotipos en el campo de la literatura infantil y juvenil). Recuerdo bien su portada y su estantería aunque, después de una de las últimas mudanzas, le haya perdido la pista.

El día en que regreso de Calabria, que me ha sorprendido por lo verde y lo montañoso aun coincidiendo con Murcia casi en la misma latitud, celebro los libros y también la investigación, y lo hago compartiendo y viajando.

PD. Miedo me da que se cumplan los vaticinios de otro de aquellos libros cuando vuelva mañana al trabajo: Un ordenador nada ordenado.

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