De la guerra y todos los temas

Quienes tienen el vicio de leer saben que un buen libro lo mismo te habla de un tema que de otro, en cualquier momento y en cualquier lugar. Algunos que tienen ese vicio lo mismo me recomiendan un clandestino libro de poesía que otro sobre un hombre internado en un centro psiquiátrico en Italia que se dedica a escribir con la hebilla de su cinturón en una pared. A eso suena La canción de NOF4 (Jekyll&Jill, 2021) de Raúl Quinto (Cartagena, 1978), a un eco reciente, el de la experiencia de un confinamiento, pero también a otro que se ha acabado sobreponiendo, el de los de los tambores de guerra, la de Rusia contra Ucrania (y el mundo). Por eso una no puede no quedarse sorda ante un estruendo así:

«El muro es un dique de contención para los miedos del mundo exterior. Miedo a la locura y miedo a la diferencia de todos los que están fuera y se piensan distintos. Miedo al contagio. Y también la paranoia colectiva que cala de arriba abajo la segunda mitad del siglo XX: es la época de la Guerra Fría y la posibilidad del fin del mundo es algo cotidiano. Y el muro lo refleja. Misiles sobre Brasil, China, Londres o Tirana, medio planeta arrasado por lanzamientos atómicos. Hipótesis número uno: las voces que oye Nannetti son ecos del inconsciente colectivo de la humanidad que comparte el mismo miedo y él los mezcla con la caótica matriz de su propia psique. (…) Hipótesis número seis: el apocalipsis atómico no se consumó porque Nanetti lo impidió con su muro. Nos salvó la vida. No era un loco sino un santo silencioso con célula fotoeléctrica. (…) Su libro en el muro es el mapa de las cicatrices de todos los apocalipsis que nunca fueron». (pp. 60-61)

Sálvanos, loco, de todo mal.