
Violeta Nicolás me ha regalado su último libro, Hielo con espinas (Madrid, Franz, 2022), un título que, casualmente, retrata este mes de julio en el que se alterna el hielo para bajar estos calores y para aliviar las espinas del frenético trabajo universitario de fin de curso. El título de este libro de poesía encaja en el contexto académico y personal, sino que también uno de los poemas albergados es una oda al mes de julio y a los juegos fríos y calientes. Ya que una de las señas de identidad literaria de la autora consiste en sacarle partido al juego tipográfico en beneficio de su mensaje poético, se reproducirá el poema así:

Varios poemas de Violeta Nicolás fueron incluidos por Luis Bagué en Composición de lugar. Antología de poetas murcianos contemporáneos (Murcia, La Fea Burguesía, 2016), afirmando que su «poética del cuerpo entronca con ciertas tendencias de la performance, así como con la experimentación plástica de poetas como Yolanda Castaño y Miriam Reyes» (2016: 27).
Más verano y menos espinas…