Una no puede esconder un sentir en el que se conjugan alegre ternura y grave exigencia cuando está ante un antiguo alumno que vuela, solo, por el cielo literario. Juan de Beatriz (Lorca, 1994) gana el Premio de Poesía Emilio Prados, mérito que le abre las puertas de la edición de su primer libro, Cantar qué (Pretextos, 2021). Ya se sabe: publicar por primera vez no significa escribir ni por primera, ni por segunda, no por tercera vez, como tampoco supone haber alzado el vuelo sin sólidas alas lectoras.
Y es que este libro de poemas destila poesía, ya sea cantada, sampleada o susurrada. Leemos autopsias de un poeta y de un poema, glosas y variaciones de temas varios, geórgicas y neocoplas, etc. Una larga conversación se necesitaría para discutir si representa la poesía de los «mileniales», como hace unos días se declaraba a propósito de una nueva antología de esa generación (sí, he dicho «antología» y «generación», como podría haber añadido «estilo» y «modernidad», nos dé sarpullidos o no):
Y con todo y con eso, me quedo con esto (mientras enciendo el transistor):
sampleo del aire cernudiano
(…de fondo, suena Nacho Vegas)
Tú piensa cómo vuelve a sucederse
en el umbral del sueño
el beso clandestino de una madre.
Si es cierto, se repite. Por eso la alta luna
rotura nuestro cielo cada noche
porque es verdad.
Y el frío de la herida nos advierte
de que el dolor también tiene memoria.
Por eso, cuando llegue el invierno
quemar quiero a tu lado tanta vida
tanto absurdo de pronto, tantas constelaciones.
Mirar arder las horas las tardes de domingo.
Decirnos nada más que -la radio suena en el bucle
y una sed insaciable- palabras de tristeza.
Cuánta luz calcinada entre tu cuerpo y el mío
cuándo incendio asumido entre tanta verdad.
Por eso, reiterar quiero a tu lado
este mundo o tan sólo querernos
igual que Luis Cernuda acuna en sus poemas
erizos que se mueren de nostalgia.
