Cuando yo voy, otros ya están volviendo de ese lugar que son los blogs. En efecto, así se pueden retratar mis genuinos modos (geminianos): aparte de que me gusta la puntualidad pero suelo llegar tarde a la tecnología, no nací en Murcia pero me siento murciana, soñaba con ser bailarina o matemática pero soy una afortunada profesora de Teoría de la Literatura en la UM, y hago crítica literaria a través de diversos medios pero… solo a partir de este momento tengo un blog, esa suerte de república en la que una puede escribir libremente sobre las lecturas que quiere, como quiere y cuando quiere, ¿o no?
Aquí las obras del presente convivirán con otras del pasado, las lecturas propias se abrirán a las ajenas, las presencias y preferencias delatarán tanto como los olvidos o los silencios (si es que estos no se dejan para la barra del bar o para las periferias de la academia). Y aunque suelo tender a la narrativa contemporánea (a saber por qué), alterno relatos breves con novelones y ensayos, nuevas voces con experimentadas plumas, nombres de escritores con otros tantos de escritoras, el teatro del mundo con la patria chica murciana. Consciente de esas y otras jugosas trampas, creo que es el tiempo de reservarle un espacio, precisamente, a la crítica literaria.
 
					