Los hombres no somos islas

Hay libros que a una le hubiera gustado escribir: tal es el caso de Los hombres no son islas. Los clásicos nos ayudan a vivir de Nuccio Ordine. Traducido por Jordi Bayod, lo publica su editorial de cabecera en España, Acantilado, que, como acostumbra, ofrece un extracto en su página web:

https://www.acantilado.es/catalogo/los-hombres-no-son-islas/

Respetando el título original italiano, que se inspira en una cita del poeta John Donne, el profesor calabrés Nuccio Ordine nos recuerda que, en efecto, los seres humanos ni podemos ni debemos ser o vivir como islas. En su loa a la «utilidad» de los clásicos, presente en otras de sus obras, alza un canto a los valores humanos, principalmente la bondad y la solidaridad, pues las personas vivimos en comunidad. Se concitan en sus enjundiosas páginas introductorias Donne, Bacon, Woolf, Séneca, Cicerón, Saadi de Shiraz, Montaigne, Shakespeare, Xavier de Maistre, Tolstói, Saint-Exupéry. En el resto del libro se leerá a Ariosto a propósito de la renuncia a los privilegios para conservar la libertad, a Aristóteles sobre el no sometimiento del conocimiento al provecho, a Camus recordando que un maestro puede cambiar nuestra vida y a Dante que un libro también puede lograrlo, junto a otros que llegan a superar el medio centenar. De entre ellos en estos momentos me quedo con el comentario de «Aurora. Pensamientos acerca de los prejuicios morales», de Nietzsche, que le brinda a Ordine el elogio de la filología y de la lentitud; y también con el extracto de «Cartas familiares» de Petrarca en su defensa de que la lectura requiere siempre silencio y esfuerzo.

No tanto por el espíritu navideño sino por la vocación docente en pleno calentamiento de motores para el siguiente cuatrimestre es por lo que me ha conmovido este libro tan especial. Me habría gustado… me gustaría, más bien, escribir un libro como este, en el que son comentados fragmentos de textos de la literatura universal, en particular, desde el prisma escogido por su autor, el elogio, la defensa, el recuerdo de la virtud solidaria, entre otras enseñanzas propiamente vitales, como es la igualdad y el respeto para con el prójimo, independientemente de su condición sexual, racial, etc.

Sin duda, Nuccio Ordine hoy es un maestro, del que se aprende de literatura y, claro, de la vida.

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