No sé bien si he entrado por la puerta de atrás a la casa de la literatura de Agota Kristof (1935-2011), pero el caso es que he superado el umbral, por fin, después de que algunas amistades y otros escritores me hayan ido invitando a acercame a la autora húngara. No me he adentrado en ella a través de sus grandes obras novelescas o autobiográficas porque, ya se sabe, una tira al cuento, así que, atraída por el subtítulo, Los veinticinco cuentos despiadados de Agota Kristof, por azar he acabado haciendo honor al título del volumen: Da igual (C’est égal en francés, lengua en la que esta autora “analfabeta” los escribió y publicó en 2005).
Es la editorial barcelonesa Alpha Decay la que se lanza a publicar en 2021 estas historias traducidas al español, historias que, como bien se anuncia, carecen de toda piedad: trenes que vienen y van, casas propias y ajenas, buzones sin cartas, campos y calles y pueblos, y todo habitado por niños con hachas, obreros y profesores, hermanas y hermanos, escritores y ladrones, madres y padres y más hijos e hijas. Sobre todo ello, ya sea la familia o el lugar más próximo y querido, se extiende la sombra de la duda, pues todo es atravesado por la delgadísima línea que separa la bondad y la maldad, esa línea que en cada uno de los brevísimos cuentos es cruzada, especialmente, en cada repentino desenlace. La autora nos tiende una y otra vez la trampa, y una y otra vez logra cazarnos.
Pero lo cierto es que, como en las películas más despiadadas, no queremos mirar pero, aun con las manos tapando los ojos, entre resquicios, sabiendo que no nos va a gustar, miramos. Leemos.
http://www.alphadecay.org/libro/da-igual/
